Entonces, con lápices y gomas de borrar, los estudiantes se lanzaron a sus épicos ensayos para demostrar que “ésta silla no existe”.
El joven Nasrudin, tras dejar escrita su respuesta, a los 30 segundos se levanta y ante el asombro de sus compañeros y del profesor, entrega su hoja y regresa a su asiento. El día de la entrega de las calificaciones, Nasrudin, el estudiante que escribió su respuesta en 30 segundos, fue el que recibió el puntaje más alto de la clase.
Su respuesta fue: ¿Qué silla?
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